Lo que sucede en el mundo mínimo, en la casa, en el cuerpo * Una entrevista a Guillermo Pesoa
Guillermo Pesoa es otro de los artistas que han integrado la banda de sonido de cierta etapa de mi vida... Y ha sido integrante, también, de la banda Pequeña Orquesta Reincidentes. Siempre lo he admirado por su manera de interpretar la más "variopinta paleta de instrumentos" (tal como él dirá) y hacerse presente en melodías tan melancólicas como oscuras, o llenas de ese aroma a río que se puede oler por la mañana en el puerto de Montevideo...
Esto, entre tantas emociones, es lo que también me ha generado su voz y sus letras... Su modo de interpretación me recordaba, siempre, a una crecida, a una Sudestada: lenta, segura de sí misma de que va a llegarte.
De nuevo, a veces uno desde adentro no percibe qué tanto arrecia el viento afuera... y con esto quiero decir que Pequeña Orquesta es un punto clave en la historia del rock argentino... Y los que han formado parte de ella, como pibes que querían hacer música y listo, hoy andan flotando en diferentes proyectos que te dejan aliviado al poder decir "Uh, qué bueno, tengo el disco "Lunes" de Pesoa en Bandcamp para recrearme un rato en una odisea de historias"
Guillermo, muy gentilmente, nos ha cedido parte de su tiempo, entre proyectos que están ya saliendo al ruedo, para responder una serie de preguntas de un tipo que ha escrito más de un par de versos a la sombra de este hombre...
(La idea de esta entrevista surgió cuando un amigo, aquí en Sevilla, leyó la entrevista a Alejo Vintrob, y me sugirió "visitar" a los otros integrantes de Pequeña Orquesta Reincidentes e intentar mostrar un poco más de esa banda tan inusual y llena de espíritu porteño y, sobre todo, ¿en qué andan ahora?...)
Maculat —¿Sos poeta, letrista, músico, todo junto?
Guillermo Pesoa —Soy músico, compongo canciones y música para cine y teatro. Escribo la letra de mis canciones y me gusta escribir otras cosas también. Es una forma de ponerse a pensar. No me considero escritor ni poeta.
Maculat —A la hora de escucharte, tanto letras, como música, me traés un concepto que se me antoja un poco Lautremont, Girondo, Gelman, Poe... no es por comparar, es para preguntarte cómo te llegan estas odas al piano... ese romanticismo de vino, láudano y un poco de arsénico...
Guillermo Pesoa —Por supuesto que estoy lejísimos de poder compararme con nadie. No tengo
mucha idea de por dónde llega ese mundo. Depende mucho de la época, del momento de la vida personal. Pero como siempre pasa, los temas, las obsesiones de cada uno son siempre las mismas. Ahora estoy bastante interesado en lo siniestro como ese pequeño corrimiento, un desplazamiento: algo que debería ser normal, familiar, pero que por alguna razón no lo es. Me gusta también lo que sucede en el mundo mínimo, en lo cotidiano, en la casa, en el cuerpo.
Maculat —El sonido de “Lunes” es tan íntimo, lleno de grises y cierta brisa rioplatense... Se te nota cómodo, ¿cómo fue el proceso de construcción de este trabajo casi conceptual diría?
Guillermo Pesoa —Lunes es un disco muy particular. Fue el primer trabajo que hice luego del final de Pequeña Orquesta. Contiene algunas canciones que ya tenían varios años y otras que fueron compuestas en ese momento.
En ese sentido es un poco heterogéneo. No fue pensado como una obra conceptual, pero sí trabajé mucho en el sentido del disco. Fue muy artesanal, grabamos las bases en el estudio en donde ensayábamos y después fuimos grabando el resto en mi estudio, probando, puliendo, dándole forma.
Con las letras pasó un poco lo mismo. Había algunas que ya estaban escritas y otras que fueron tomando forma.
También terminó de darle unidad al disco, el trabajo que hicimos con Fernando Salerno y Sebastián Santana para pensar la gráfica.
Maculat —Te imagino con una libreta, mirando por la ventana, hacia un día soleado, haciendo que las formas de alguna melancolía vayan sonando en cadencias de versos y notas... o sea, ¿para cuándo un libro?
Guillermo Pesoa —Es verdad. Tengo una libreta que llevo a todos lados. Escribo cosas que me van llamando la atención o que me hacen reír. La verdad es que soy muy desordenado para escribir, inconstante y un poco caótico. Tampoco nunca me propuse escribir un libro. Tengo algunos cuentos y textos, pero nunca pensé en editarlos. Son más que nada borradores, bosquejos de cosas en las que voy pensando.
Maculat —¿Cuándo te llega el acordeón? Cómo se te ocurre integrarlo a una banda digamos de rock
Guillermo Pesoa —Fue muy al comienzo de Reincidentes al principio de los 90. Había escuchado algunas bandas que usaban acordeón (Tetes Raides, Les Negresses, etc) y me pareció interesante. Luego Santiago y Juan encontraron en la feria Tristán Navaja de Montevideo, un acordeón Hohner viejísimo, bastante desafinado y muy barato y lo compraron. Así que lo incorporamos rápidamente. Creo que uno de los primeros temas en los que lo usé fue en “El hombre de manos gastadas”. Era un contraste tímbrico importante en ese momento porque la banda era muy eléctrica.
Después el grupo fue mutando hasta convertirse en Pequeña Orquesta, y ya el acordeón era parte fundamental de la paleta de instrumentos. Me fue gustando más el sonido parecido al bandoneón, un poco más duro y definido que el timbre francés. También me gustaba probarlo en arreglos que no eran a priori específicos del instrumento. Por ejemplo formando parte del arreglo de caños en “Miedo a la oscuridad” o reemplazando un sintetizador en “Negro”.
La esencia de Pequeña Orquesta era la banda en sí... el conjunto... los tipos ahí parados mirándote a los ojos, con sus camisas y corbatas... parecía que en cualquier momento iban a sacar un bufoso (revólver en lunfardo N.R)y comenzar a disparar... Había unos pasajes donde Pesoa parecía quedarse solo... ya sea con el acordeón o con el piano... y la atmósfera cambiaba, simplemente, con su voz... que parecía ir a juego con las notas, levantando el tono cuando había que lastimar... Si ellos eran la periferia, les puedo asegurar que muchos comenzamos a tomar más a menudo el tren que nos llevara a ese lugar.
Maculat —Un par de preguntas acerca de Pequeña Orquesta Reincidentes: ¿Cómo fue el día después de que se disolviera una de las bandas más representativas de la historia del rock argentino? ¿Ya venías caminando tu proyecto en solitario?
Guillermo Pesoa —No puedo llegar a ver que hayamos sido representativos de una época del rock. Sí creo que formamos parte, pero desde un lugar periférico. De hecho a pesar de haber editado ocho discos, nunca nos pasaron por radio, salvo alguna canción de vez en cuando en algún programa especializado.
Con respecto al día después, fue una sensación muy rara. Después de dieciocho años, de mucho trabajo, mucha producción, muchas cosas compartidas, felicidad, amistad, casamientos, separaciones, sin dudas es un cambio muy importante en la vida personal de cada uno de nosotros. No fue una separación con peleas y esas cosas, pero por supuesto con diferencias y desencuentros. Creo aún hoy que fue una buena decisión.
Yo no estaba pensando en un proyecto personal. Las únicas cosas que hacía por fuera de la banda tenían que ver sólo con música para teatro y cine.
Por supuesto que ya tenía alguna canciones compuestas que no habíamos llegado a hacer con POR y fueron el punto de partida para empezar a hacer cosas nuevas también.
Maculat —¿Sos consciente de que mucha (muchísima) gente abrió su cabeza a nivel musical con PQR, y se dio cuenta de que había algo más además que tres acordes y Nick Cave y Tom Waits (digo esto con mucho respeto) y comenzó a indagar en ese mundillo Únder de la creación más allá del mainstream?
Guillermo Pesoa —Fuimos conscientes a medida que fue pasando el tiempo, después incluso de habernos separado. Desde adentro es difícil de ver, estábamos muy centrados en lo que hacíamos, en nuestros procesos, en poder hacer realidad lo que queríamos. Lo que sí notábamos es que empezaba a haber un reconocimiento de nuestra obra, a partir de la respuesta del público y de las críticas.
Es probable que hayamos influido sobre todo en la apertura a escuchar otro tipo de cosas en un momento en que aún no era tan fácil y automático acceder a la música de todo el mundo, de todas las épocas, como lo es ahora. También es posible que otras bandas que estaban empezando vieran, a través nuestro, que era posible hacer cosas nuevas y de calidad de forma independiente. Del mismo modo que nosotros nos nutrimos de la experiencia de otras bandas de aquí y de afuera.
Maculat —¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Guillermo Pesoa —Ahora estoy en dos proyectos. El primero es mi nuevo grupo, Familia Nuclear, en el que toco guitarra eléctrica, con Santiago González Casares en batería (ex-López), Leticia Lépez en guitarra eléctrica (Soñé Calavera) y Federico Novak en bajo (Ignacia - DelValle). Estamos grabando unos primeros temas que pronto estarán disponibles.
El otro proyecto es junto a Gustavo Alvarez en cello y batería (Colectivo Baterista, toco acordeón, piano, placas y pistas. Hacemos algunas canciones y versiones de obras que hice para cine y teatro.
Por otro lado acabo de terminar la música para “Amanda y Eduardo”, obra de teatro de Armando
Discépolo que se acaba de estrenar, estoy produciendo canciones para un proyecto que se llama La Rastrojera Verde y preproduciendo arreglos para algunas canciones del nuevo trabajo de Isabel de Sebastián.
Y por supuesto las clases en el taller de composición.
Maculat —Última ¿Quién es Guillermo Pesoa?
Guillermo Pesoa —Soy yo, entre otros.
Guillermo Pesoa es parte de un momento muy particular de la historia, lo digo porque, muchos han conocido a esta banda... y han abierto su espectro no sólo a nivel musical, la complejidad que ponían en sus letras te empujaba a querer leer algo en esa línea...
Una vez, allá por el 2005, estaba cubriendo una manifestación en Mar del Plata contra Bush, el imperialismo y el ALCA... Un quilombo muy bonito al cual venían personalidades muy importantes (importancia de valía moral y combativa me refiero) Entre ellos Rigoberta Menchú... Y quisieron las cosas, que esa noche, en un bar, apareciera gente de su comitiva. Que tequila va, que whisky viene, que aquí se queda la clara, la entrañable transparencia.... Uno de ellos me pidió que pusiera alguna canción de Buenos Aires... Y saqué una cinta que tenía, entre otras, una canción llamada "Liso" ... Se quedaron todos embelesados por la disparidad de ritmos, intentaban adivinar qué instrumento era cada cual... Y me dijeron "Muchacho, esa canción es puro Buenos Aires"... y se llevaron la cinta (que entre otras cosas tenía A Perfect Circle, White Zombie)... y a cambio me dieron un CD de música Maya... que he atesorado durante años...
Ahora sí:
Guillermo Pesoa —A mí personalmente me gustó mucho. Me parece una película muy extraña y fascinante. La mirada de Gustavo Galuppo es siempre muy particular. Hay un foco puesto en algo no esperaba en un documental sobre un grupo de rock. Creo que más que un documental sobre la banda, es sobre la huella de algo que ya no está.
Les dejo el acceso a la canción "Liso", que forma parte del disco Miguita de Pan, la maravillosa composición de algo tan simple... "como un capricho..."
Texto por Sebas Abdala
Fotos de Guillermo Pesoa & Familia Nuclear por Damián Dobrenky
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