Una conversación poética con Esteban Maldonado

Dicen por ahí que en internet hay mucha gente rara... Bueno, es mentira, en la vida hay gente distinta que se mueve entre las redes de algo llamado "creación" que va ocurriendo mientras el resto de las situaciones nos surfean la mente, el consciente colectivo...
Yo no les llamo "raros", les llamo especiales, distintos, UNDER... amo este término, y me interesa sembrar un poco de luz sobre algunos eventos que suelen pasar desapercibidos...


Esteban Maldonado es escritor, poeta y, por sobre todo, una persona que ha llamado mi atención por su particular manera de difundir (sin interés editorial alguno) la obra que llega a su mano, de un modo muy visceral, concreto, poderoso... Les dejo un archivo poético de la vida de este hombre que sé ha sufrido, recientemente, un golpe duro, pero así y todo ha sacado tiempo para responder a mis preguntas y compartir, más si cabe todavía, un pedazo de su alma... Recuerden este nombre, estas letras, nacen desde sitios oscuros y se dan forma de breves luces de poesía...


Maculat – Me resulta… raro al menos… (o no tanto), pero te escucho leyendo poemas de otros, recomendando sus libros, hacés un “programa en vivo” “Una noche con Esteban” donde nos dejás tus impresiones de la literatura… pero algo tuyo nunca (creo) ¿por qué?

Esteban Maldonado  – Sí, es cierto. A muchas personas también les extrañan que en mi programa yo nunca lea poemas o relatos escritos por mí. Pero tiene una explicación muy sencilla. En un principio, cuando pensé en crear “Una noche con Esteban”, decidí en enfocar mi atención en un único objetivo: darle promoción a las obras de autores y autoras que admiro y me gustan leer. Disfruto mucho haciéndolo porque para mí leer significa algo que va más allá de las palabras escritas. La lectura para mí es un vínculo íntimo entre el autor y el lector, una conexión muy especial que nos une desde la distancia. Y toda esta experiencia tiene sus frutos. Por mi parte, todo lo que se escribe (y también lo que se escucha) posee un poder oculto, una fuerza inmensa que nos envía mensajes que nosotros, los lectores, debemos descifrar. En mi humilde opinión, creo que la expresión artística (en este caso la literatura) está dotada de una energía que nos estimula en este camino que es la vida.
Sé que debería leer creaciones mías, pero este espacio que he creado está exclusivamente dedicado a los que hacen que mi vida se nutra de emociones que me permita seguir disfrutando de los misterios de la existencia. Y a ello/as, los/as escritores/as, les estoy agradecido.

Maculat – Sé que no hay interés económico detrás de esta labor tuya, si no que intenta ser como una breve punto de largada para lo que está ocurriendo en nuestra historia literaria

EM  – Así es. Hago lo que hago porque disfruto haciéndolo. La única riqueza que obtengo es la placentera experiencia de seguir leyendo día a día, noche a noche…


Maculat – Contame un poco cómo ves la tecnología al servicio de la literatura (o arte en general), ahora es mucho más accesible que 10 años atrás dar difusión a nuestros escritos

EM  –Bueno, no cabe duda de que el progreso tecnológico nos permite acceder a todo tipo de cosas muy interesantes y, sobre todo, necesarias. No obstante, la tecnología solamente es (o debería ser) una herramienta más para seguir aprendiendo, pero jamás debería convertirse en el sustituto del sistema tradicional. Por ejemplo, ahora la gente suele leer en la táblet, en formato digital. De acuerdo, eso se puede hacer, pero sin dejar de utilizar los libros impresos en papel.

MACULAT – “Gritos de medianoche” sigue inédito… ¿Dónde podemos leer algo tuyo? O tenemos que seguir a la espera…

EM  – “Gritos de Medianoche” es una antología de relatos de terror que todavía estoy escribiendo. Supongo que tardará en salir porque también estoy escribiendo un libro de poemas. Aparte, pues algunas de mis creaciones han aparecido en varias publicaciones, como en el número 4 de la revista La RaRa o en El Ático de Los Gatos. También he ganado varios certámenes literarios, por lo que se imprimieron algunos cuadernillos donde salimos los ganadores y los finalistas.

Maculat – “Escribo para sobrevivir” dijiste… ¿De qué, a qué, por qué?

EM  – Yo me considero una persona frágil y vulnerable, a pesar de que mi apariencia demuestre lo contrario. Tengo una vida muy difícil  marcada por carencias afectivas y por el sufrimiento que esto conlleva. Recuerdos desagradables, una soledad perpetua, la visión de un mundo que a veces se me presenta hostil, etc. Soy un ser triste y atormentado y escribo para sobrevivir a todo lo que me causa sufrimiento, refugiándome en la escritura, porque si no lo hago no podría seguir viviendo.

Maculat – Estás muy metido en la actualidad de la poesía, ¿Quisieras darme tu parecer del estado de la creación poética dentro del espectro que está a tu alcance?

EM  –Sinceramente, estoy orgulloso de lo que estoy leyendo. Opino que la poesía que se está cultivando en la actualidad es realmente muy buena. Existen muchas maneras de escribir un poema. Hay poemas escritos desde una naturalidad y sencillez exquisitas, como los que escriben autores como Iván Rojo o Karmelo C. Iribarren. Luego están esos poemas que encierran en sí mismos un hermetismo que nos invaden de misterio y de dudas y, que sin embargo, nos ofrecen su significado aunque sea de un modo muy sutil, en este caso podemos leer los versos de José Luis García Herrera o de Miguel Ángel Velasco, entre otros. Ambas líneas poéticas son maravillosas.


Maculat - ¿Nos regalás un poema?

Asomado al balcón

“Después de la tormenta
el asfalto brilla como piel de ballena,
y la lluvia ha dejado
charcos en las calles
-fragmentos de un espejo roto-
donde la luna, cansada y jadeante,
contempla su triste rostro pálido”

© Esteban Maldonado
Publicado en el Fanzine Cerebro en Versucción,
creado por la escritora Marta Garcés.


Maculat – Por último ¿Quién es Esteban Maldonado?

EM  – Soy un ser que sufre y que, de alguna forma, disfruta sufriendo, porque las experiencias forman parte de mi naturaleza. Esta es la única opción para crear y seguir sobreviviendo.

Texto por Sebas Abdala