Buscando razones y refugios * Un poema de Sebas Abdala

Luego de tantas entrevistas y de visitar otras letras, hacemos un pequeño salto a la creación. Estoy trabajando en un nuevo libro que, si va todo bien, muy pronto verá la luz... Les dejo un adelanto, una declaración, una enumeración sincera de todas las cosas que iba siendo... hasta que llegué aquí mismo, desde donde ahora te escribo... Gracias a todos los que leen este blog.


De cinismo en cinismo: Inferno


Me visto por compromiso
cuando salgo a la calle
apenas me preocupo
por llevar rompa limpia

soy de esas personas
que saben
que
haga lo que haga
me van a estar observando

y mi ropa es lo único
que me hace parecer
uno de ellos...
pero por lo demás,
me dan verdaderas ganas
de quitarme la camiseta
y seguir andando con
las escamas al aire y
mostrar
a esos que señalan
que una vez anduve
tan jodido
que tuve que tatuarme
un infierno en mi tronco
para saber
de dónde vengo
dónde anduve
dónde no quise estar
dónde pude quedarme
dónde está lo que más odio
dónde vive todo lo que me queda

y para seguir subsistiendo
tuve que clavarme agujas
y dejarlas reposar
en lo más profundo de mi piel
donde están ancladas las caras
de interminables demonios
que arrean caballos ebrios
con dolor y llanto amargo
grabados ahí
para recordarme
que
cuando no sostenía esta farsa
tuve que poner
un suelo
para reconstruir los sueños
que tantos se empeñaron
en alejar de mi

fundé
en lo más profundo de lo que era
los estamentos de esto
que ahora te escribe

y cuando cierro los ojos de
todas mis pequeñas batallas
escucho el sonido de las agujas
trazando zonas de mi piel que
nunca jamás
antes
fueron tocadas

durante esas largas horas
pude reconocer los rostros
de los que me abandonaron
y los dejé enterrados
bajo los litros de tinta
que cubren mis costillas...

tengo un gran
Ángel caído como aquel
que yace en el parque del Retiro
y protege su alma
custodiando mi riñón
es mi sombra y mi fundamento
mi resistencia a las faltas
a las provocaciones
a las obligaciones
por eso, cuando me visto
y salgo a la calle,
lo único
que me importa
llevar bien puesto
es mi mueca de cinismo y
mi mirada buscando el vacío
para no explicar que
estoy aquí
lleno de razones
y tatuajes
porque aprendí
a sentir

simplemente siendo

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