Mientras los cuervos no callen * Poesía por Sebas Abdala


(A la memoria de Santiago Maldonado, y todo lo que ha significado su injusta desaparición para un pueblo.)

Estuve ido, por un tiempo, congelando en mi cuerpo trasnochado todo lo que me hizo preguntar cada cosa que tenía una respuesta silenciada.
Estuve sentado, dibujando en el aire las formas de una compleja devoción de no perder lo que tantas veces me ha parecido, simplemente, delicado y que otros no entenderían... que me haría ser señalado.

Mientras esas aves sin lugar para esconderse, no cesen de graznar en mi cabeza, anunciando que la lluvia está viniendo, no voy a despertar.
Mientras pueda ir dejando un rastro para contarte dónde anduve y a quién estuve preguntando por tu ausencia, no seré del todo libre, como esas aves tan oscuras que observamos danzar bajo la lluvia con tu nombre en sus labios.

Quisiera contarte que, esas aves que lo cubren todo, bajo una lluvia que se hace notas pequeñas en una melodía que no cesa, están ahí, en mí, en nosotros, con vos. En cada cosa y todas las cosas que guardamos cuando limpiamos las lápidas de los inocentes que nos obligaron a enterrar.

Y no hay mayor crueldad que quitarle el secreto a las aves negras, tentarlas con alguna imagen de un futuro oscuro; pero siempre volverá a amanecer, aunque llueva cuando los cuervos vengan a vestirme, y cubrirme los tatuajes, peinarme la barba, y recogerme el
pelo...
Y al eco que sale en sus cantos con "todavía no..." le pondremos de fondo un silencio de furia, una sonrisa de "siempre estuve listo, aunque me negara a que ocurriera."

Ese secreto será nuestro siempre, mientras estemos leyendo algún relato de Walsh, de Conti, o rezando en voz bajita el "no les creas" que escribió Dorfman...
Todo se reduce a eso... no les creas, nunca, mientras los cuervos no callen.


Texto: Sebas Abdala
Fotos: Pablo Melero

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