Caravan Sur: resumen breve de Los Labios+KilldaCane+The Tractor+Narco...
Llevaba andando por la ciudad toda la tarde, cansado de no dormir, o de mal dormir (lo que es peor) tengo la invitación en el bolsillo y una acidez enorme... Estoy preparando un artículo acerca de una banda puntual. La elegí por curiosidad de los métodos, por voluntad divina de la irreverencia, porque las ideas no convencionales son las que me llaman la atención. Eran cerca de las 22 y me quedaba más cerca ir a dormir que llegar hasta el C.A.A.C. Una voz sutil en mi cabeza me imploraba, me decía, que me fuera a casa, que ya tenía bastante material para escribir... Pero tal y como ocurren las cosas, me negué a desperdiciar una invitación, y el honor me empujó hacia los brazos de otra noche de rock, alto voltaje y brutalidad... Hoy les dejo lo que viví en 5 horas: en un par de días les cuento cómo es que llegué a estar sin dormir por culpa de Kill Da Cane...
Era la fiesta presentación del festival Caravan Sur; una nueva propuesta (primer festival fue en 2017) para que el rock sea el principal protagonista del mes de octubre.
La banda Los Labios; fundada en el año 2013 (con unas cuantas anécdotas como que desde el hijo de Silvio es el vocalista o un disco grabado en los estudios de Lenny Kravitz ) abrieron para demostrar que todavía se puede ser setentoso en imagen y sonido. Suenan a un rock actualizado, me hicieron añorar a MC-5, Aerosmith ó Crazy Horse en su mejor momento. Tocando canciones aceitadas, parejas y muy agresivas, lograron una buena interactuación con la gente, su gente, claro. Los miraba sabiendo que la velocidad de las guitarras es la primera daga que te clavan en el pecho. Canciones del disco Birthday, como "She don´t come anymore" o "You look like a need a man" calentaron la escena, la gente comenzaba a llenar el espacio, viendo que cada banda tenía un estilo distinto y había muchas tribus, de pronto muchas camisetas negras con grandes cuchillas blancas comenzaban a flanquear el sitio.
Apenas pasadas las 23 horas, yo estaba con la adrenalina justa para no rendirme... Subieron los Kill Da Cane, con su formación de legión satánica. La cosa se distendió un poco, se puso algo más informal digamos o, mejor dicho, más natural. Saludaron con onda a la gente y comenzaron a lo suyo. Cada músico tiene su estilo, su historia, y cuando se dice que son un grupo de colegas que se juntaron a tocar para hacer algo juntos es verdad. Lo que pasa es que cada uno es más "bruto" que el otro, y que se junten a pasarlo bien no significa que no lo hagan profesionalmente. El estilo de la banda es difícil de explicar, porque desde que comienza el show te van paseando por ritmos que te pueden llevar a los barrios bajos de Los Angeles, interpretados en la Alameda, o al mismo New York lleno de heroína de los ´70, pero en la Macarena. Como ya les dije no me voy a extender porque estoy terminando algo acerca de estos perros de presa del infierno... Pero canciones como "La gorda pa mí" "Por detroit ni mijita" o la maravillosa "Pussy warrior" (en la cual invitaron a pimientos al público y uno me dio, cómo no, en la cabeza) fue la demostración de que la noche iba a ser larga y dura para mí. De nuevo, cada vez más camisetas negras rezando "Dios te odia" me iban flanqueando.
Un poco más tarde de lo anunciado subió a escena "The Tractor" un set muy complejo, oscuro, interesante e hipnótico. Me llenaron de cierto regocijo, un trabajo que me llevó un par de veces a pensar en Billy Corgan, y digo esto porque muchas veces la tecnología se hace un poco aburrida,
tantas secuencias te dan ganas de estar en una disco pegando botes con una pirula bajo la lengua... en este caso no pasa eso (lo de las ganas de la disco digo, lo otro sí) porque no por casualidad el público se quedó de principio a fin del directo clavados sin quitar los ojos del escenario. Ese roce de industrial, ese toque de saturación en las guitarras ha sido un gran descubrimiento. Este proyecto, si bien lleva desde el año 2006, ha sabido mantenerse actualizado, sucio y haciendo su nombre algo de cuidado dentro de ese metal que vive sobre una navaja. Fue el viaje lisérgico antes del cierre.
Ya no podía más, estaba incluso esquivando gente para no tener que salir de mi propia burbuja de concentración. El ambiente era muy bueno, había gente de infinidad de tribus, y todos esperaban ya que subieran los más cabrones del barrio. Llevo más de 12 años en Sevilla y nunca los había enganchado en directo... Esta vez pasó y me pasaron por encima: Narco... presentando su nuevo trabajo “Espichufrenia”, con la brutalidad que se le conoce a la banda. Acerca de esta trabajo algunos medios han dicho que no era tan ácido ni con contenido social como los anteriores y que era difícil de digerir, bueno esos medios deberían cerrar ese agujero que tienen por boca; porque cuando ves a centenares de personas coreando todas las letras de una banda es porque sí ha llegado a un público más que fiel. No me voy a extender mucho porque los que son de Sevilla van a decir a todo lo que escriba que no soy original, y los que no sean de aquí tendrían que remitirse a directos como los de Biohazard o Sepultura (no por estilo, me refiero a profesionalidad callejeras, sin boludeces ni maquillaje), donde no tenés un puto minuto para pensar y nunca baja la intensidad. Subieron a escena casi todos los invitados que estuvieron en el disco, llegando al cierre la nueva canción que se va a convertir en himno “Yoni, el robot” con Space Surimi, el auténtico "Yoni" y todo el recinto coreando la letra entera y divirtiéndose y volando más pimientos para la peña, genial. Pasaron por varios clásicos en un despliegue de anarquía e inconformodidad (“son ellos”, “dame veneno” “ahí fuera”, “hermandad de los muertos” etcéteraputaguardiacivilputos vaticanistas). Cerrando con la usual "Puta policía", me dio la sensación de que subieron al volumen para terminar de expulsar a la gente de sus huesos... Aproveché en cuanto esa barrera de sonido me dejó marchar y, despacito, comencé a caminar hacia La Corza, pensando que, en verdad, Narco merece un estudio sociológico, ya que le pega una patada en el culo al grupo más indie y Universal que se te ocurra. Me da esperanzas ver que ser independiente y hacer lo que te gusta sin transar con nadie paga. Pocos van a entender que si digo "Narco es un ejemplo a seguir" estoy sentando un precedente como hay muy pocos en cuanto a estilo de vida.
Llegué a casa a las 4 y algo, me hice un par de pimientos fritos y me puse a escribir esto... El Caravan Sur tiene buena pinta... el rock de Sevilla más; tiene algo ahí abajo que está haciendo fuerza para subir y no comerse ni la punta... Y reventarte en la cara
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La banda Los Labios; fundada en el año 2013 (con unas cuantas anécdotas como que desde el hijo de Silvio es el vocalista o un disco grabado en los estudios de Lenny Kravitz ) abrieron para demostrar que todavía se puede ser setentoso en imagen y sonido. Suenan a un rock actualizado, me hicieron añorar a MC-5, Aerosmith ó Crazy Horse en su mejor momento. Tocando canciones aceitadas, parejas y muy agresivas, lograron una buena interactuación con la gente, su gente, claro. Los miraba sabiendo que la velocidad de las guitarras es la primera daga que te clavan en el pecho. Canciones del disco Birthday, como "She don´t come anymore" o "You look like a need a man" calentaron la escena, la gente comenzaba a llenar el espacio, viendo que cada banda tenía un estilo distinto y había muchas tribus, de pronto muchas camisetas negras con grandes cuchillas blancas comenzaban a flanquear el sitio.
Apenas pasadas las 23 horas, yo estaba con la adrenalina justa para no rendirme... Subieron los Kill Da Cane, con su formación de legión satánica. La cosa se distendió un poco, se puso algo más informal digamos o, mejor dicho, más natural. Saludaron con onda a la gente y comenzaron a lo suyo. Cada músico tiene su estilo, su historia, y cuando se dice que son un grupo de colegas que se juntaron a tocar para hacer algo juntos es verdad. Lo que pasa es que cada uno es más "bruto" que el otro, y que se junten a pasarlo bien no significa que no lo hagan profesionalmente. El estilo de la banda es difícil de explicar, porque desde que comienza el show te van paseando por ritmos que te pueden llevar a los barrios bajos de Los Angeles, interpretados en la Alameda, o al mismo New York lleno de heroína de los ´70, pero en la Macarena. Como ya les dije no me voy a extender porque estoy terminando algo acerca de estos perros de presa del infierno... Pero canciones como "La gorda pa mí" "Por detroit ni mijita" o la maravillosa "Pussy warrior" (en la cual invitaron a pimientos al público y uno me dio, cómo no, en la cabeza) fue la demostración de que la noche iba a ser larga y dura para mí. De nuevo, cada vez más camisetas negras rezando "Dios te odia" me iban flanqueando.
Un poco más tarde de lo anunciado subió a escena "The Tractor" un set muy complejo, oscuro, interesante e hipnótico. Me llenaron de cierto regocijo, un trabajo que me llevó un par de veces a pensar en Billy Corgan, y digo esto porque muchas veces la tecnología se hace un poco aburrida,
tantas secuencias te dan ganas de estar en una disco pegando botes con una pirula bajo la lengua... en este caso no pasa eso (lo de las ganas de la disco digo, lo otro sí) porque no por casualidad el público se quedó de principio a fin del directo clavados sin quitar los ojos del escenario. Ese roce de industrial, ese toque de saturación en las guitarras ha sido un gran descubrimiento. Este proyecto, si bien lleva desde el año 2006, ha sabido mantenerse actualizado, sucio y haciendo su nombre algo de cuidado dentro de ese metal que vive sobre una navaja. Fue el viaje lisérgico antes del cierre.
Ya no podía más, estaba incluso esquivando gente para no tener que salir de mi propia burbuja de concentración. El ambiente era muy bueno, había gente de infinidad de tribus, y todos esperaban ya que subieran los más cabrones del barrio. Llevo más de 12 años en Sevilla y nunca los había enganchado en directo... Esta vez pasó y me pasaron por encima: Narco... presentando su nuevo trabajo “Espichufrenia”, con la brutalidad que se le conoce a la banda. Acerca de esta trabajo algunos medios han dicho que no era tan ácido ni con contenido social como los anteriores y que era difícil de digerir, bueno esos medios deberían cerrar ese agujero que tienen por boca; porque cuando ves a centenares de personas coreando todas las letras de una banda es porque sí ha llegado a un público más que fiel. No me voy a extender mucho porque los que son de Sevilla van a decir a todo lo que escriba que no soy original, y los que no sean de aquí tendrían que remitirse a directos como los de Biohazard o Sepultura (no por estilo, me refiero a profesionalidad callejeras, sin boludeces ni maquillaje), donde no tenés un puto minuto para pensar y nunca baja la intensidad. Subieron a escena casi todos los invitados que estuvieron en el disco, llegando al cierre la nueva canción que se va a convertir en himno “Yoni, el robot” con Space Surimi, el auténtico "Yoni" y todo el recinto coreando la letra entera y divirtiéndose y volando más pimientos para la peña, genial. Pasaron por varios clásicos en un despliegue de anarquía e inconformodidad (“son ellos”, “dame veneno” “ahí fuera”, “hermandad de los muertos” etcéteraputaguardiacivilputos vaticanistas). Cerrando con la usual "Puta policía", me dio la sensación de que subieron al volumen para terminar de expulsar a la gente de sus huesos... Aproveché en cuanto esa barrera de sonido me dejó marchar y, despacito, comencé a caminar hacia La Corza, pensando que, en verdad, Narco merece un estudio sociológico, ya que le pega una patada en el culo al grupo más indie y Universal que se te ocurra. Me da esperanzas ver que ser independiente y hacer lo que te gusta sin transar con nadie paga. Pocos van a entender que si digo "Narco es un ejemplo a seguir" estoy sentando un precedente como hay muy pocos en cuanto a estilo de vida.
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